La esencia, el origen, nuestro primer pavimento cerámico extruido sigue fiel al klinker original, 75 años después continúa aportando sencillez, robustez, resistencia y fiabilidad sin perder un ápice de su encanto particular. Como su nombre indica, completamente natural, su aspecto se debe únicamente al color y efectos que crean durante el proceso productivo las arcillas que lo componen. Este producto, inicialmente llamado rústico, después vintage, luego clásico, ha terminado por ser atemporal, pudiéndose integrar en muy diversos ambientes de estilos muy diferentes. Su amplísimo conjunto de piezas especiales y extrema resistencia lo hacen un perfecto aliado para las zonas exteriores o accesos, como son terrazas, jardines, porches, azoteas, zaguanes, playas de piscinas y escaleras en cualquiera de sus localizaciones. El secreto de su atemporalidad durante más de 75 años, la sencillez y naturalidad que permiten que el pavimento no envejezca sino que se adapte al paso del tiempo.