En el Gres de Breda existe un equilibrio óptimo entre la temperatura máxima de cocción (1.360º C), la estabilidad de la masa y las distintas atmósferas del horno. Dicha armonía es fundamental para conseguir las altas prestaciones técnicas presentes en todas las colecciones de Terraklinker. Gracias a su extrema dureza, su resistencia a los choques térmicos y su excelente comportamiento ante las heladas (resiste temperaturas por debajo de los 40º C), los suelos cerámicos con Gres de Breda son una solución muy segura en regiones de clima severo.
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